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LO SABES POESÍA

Pedrereñas de cuaderna, a vosotras os lo digo,

Pedrereñas de cuaderna, a vosotras os lo digo, Pedrereñas de cuaderna, a vosotras os lo digo,
que generosidad vuestra, ella la lleva consigo.
Pedrereños de la vida, que socorréis amigo
roto por dificultades; dando amor y abrigo.
Mi amiga lo relata, agradece a Pedrera.
Por no, olvidar a nadie, ella la recorre entera,
con sus ojos que delatan: buena gente de cantera,
la primavera que nace, allá donde ella fuera.

Pero, hay algunos nombres, que nunca olvidará:
a esa mujer hermosa, a la que llama mamá.
Al alcalde con salero; para ella su maná:
Francisco Javier Montero, de su casa dispondrá.
En otra hoja cercana, de Gilena: Joselito
del mismo árbol de vida, es secretario bendito.
Y los partidos de fútbol, quiere que queden escritos,
de Estepa contra Herrera; Curro y sus partiditos.

Lo que ella hacer quiere, imagina y enumera:
corralón con las gallinas; con los patos se esmera,
y hasta el grito de los niños, me dijo que compusiera.
Esos chicos corredores, organizaron carrera.
Y todos los jubilados, donaron palabras ciertas:
amiga no eres pobre, entre las miles de huertas
todos esos corazones, tienen sus rejas abiertas;
para tus necesidades, -todas- las tengas cubiertas.

A la ventana venían: las amapolas y rosas,
bellas palomas blancas, volaban majestuosas,
ya de cristal son sus vuelos, portándolas graciosas,
con sus picos en el aíre, rezaban jubilosas.

Para llevar sin dolores, dehesa, no exagero,
con su trabajo bueno, que, no se paga con dinero.
A los auxiliares todos, y hasta los peluqueros,
limpiadoras, celadores, a médicos y enfermeros.

Da las gracias de por vida , en el Virgen del Rocío,
encontré la dulce Dama, que por más señas amplío.
Dice llamarse Oliva , con versos lentos envío,
la esperanza más grande: ¡Ay!, ¡Jesús en ti confío!

Oliva, no eres pobre, es tu alma un tesoro,
alicatada de vida, vencido el deterioro,
con plaquetas de colores, que desterró el lloro,
de todos los pedrereños, y aquí lo corroboro.

Que no en balde te asiste, desde el día primero,
la Virgen de la Oliva, que aparece en lindero.
Y es que hasta el tuétano, del hueso más ligero,
-todo- es de tu hermano; ¡para volverte acero!.

¡Oh!, Oliva verdadera, pedrereña predilecta,
fuente de alegría viva. Y cuando esté leída,
esta nota, accesoria, no la veas atrevida,
porque yo sólo pretendo, que, hoy, estés distraída.

José Pómez
http://www.pomez.net

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