Que te sirva de consuelo
Que te sirva de consuelo
¡Ay! ¡Ay! Enfermita mía
mi permanente afonía
al llevarme a tu cielo;
yo te alabo el empeño
loco; como la belleza
el Ángel no tiene dueño
ni mis versos su pureza.
Desaparece el frío con el calor de un beso.
¡Ay! ¡Ay! Enfermita mía
mi permanente afonía
al llevarme a tu cielo;
yo te alabo el empeño
loco; como la belleza
el Ángel no tiene dueño
ni mis versos su pureza.
Desaparece el frío con el calor de un beso.
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