Sabes que te he oído mi Señor de los señores
Sabes que te he oído mi Señor de los señores
ya no me avergüenzo y quiero ser sincero.
Como un mendigo toco a la puerta y espero
cuando tú me lo permitas acabaré mis labores.
Ausente los talentos y mermado de virtud
con tu ayuda precisa -a mi gran ineptitud-
en vereda enhebrada, anidan palomas blancas
mirando la mejor madre: en las ventanas estancas.
Difícil cumplir escrito, yo te agradezco encargo;
amándote el primero, hoja flaca se decanta,
desconozco la ciencia, y mi corazón no canta,
así soy, te lo regalo casi mudo de letargo.
ya no me avergüenzo y quiero ser sincero.
Como un mendigo toco a la puerta y espero
cuando tú me lo permitas acabaré mis labores.
Ausente los talentos y mermado de virtud
con tu ayuda precisa -a mi gran ineptitud-
en vereda enhebrada, anidan palomas blancas
mirando la mejor madre: en las ventanas estancas.
Difícil cumplir escrito, yo te agradezco encargo;
amándote el primero, hoja flaca se decanta,
desconozco la ciencia, y mi corazón no canta,
así soy, te lo regalo casi mudo de letargo.
0 comentarios